El conflicto entre Ucrania, Hungría y Eslovaquia se agudiza tras los ataques ucranianos al oleoducto Druzhba, vital para la seguridad energética regional. El canciller húngaro Peter Szijjarto acusa a Zelenski de “amenazas abiertas, groseras y descaradas”, mientras que Bratislava advierte del riesgo de desabastecimiento.
Conflicto Ucrania Hungría: Zelenski intensifica tensiones con Hungría y Eslovaquia tras ataques al oleoducto Druzhba
El conflicto Ucrania Hungría ha escalado en las últimas semanas después de que el gobierno de Vladímir Zelenski ordenara varios ataques al oleoducto Druzhba, infraestructura crítica que abastece de petróleo ruso a Hungría y Eslovaquia. Estas acciones han provocado fuertes reacciones diplomáticas y un creciente choque político que pone en riesgo la seguridad energética de la región y la estabilidad dentro de la Unión Europea.
Un conflicto energético y político
La raíz del conflicto Ucrania Hungría no se limita únicamente al aspecto militar. El oleoducto Druzhba, que en ruso significa «amistad», es una de las arterias energéticas más importantes de Europa Central. Construido durante la época soviética, conecta los campos petroleros de Rusia con países del este y centro de Europa. Tanto Hungría como Eslovaquia dependen en gran medida de este suministro para sostener sus economías, sus refinerías y su seguridad energética.
Cuando Kiev decidió atacar esta infraestructura, lo justificó como un golpe a la dependencia energética de Moscú. Sin embargo, para Budapest y Bratislava, estos ataques se interpretan como un sabotaje directo contra sus intereses nacionales, ya que ambos países se quedan sin petróleo y enfrentan riesgos de apagones, parálisis industrial y desabastecimiento.
Las acusaciones de Hungría contra Zelenski
Peter Szijjarto, canciller húngaro, ha sido uno de los principales portavoces contra Ucrania. En repetidas ocasiones declaró que los ataques equivalen a un «ataque directo contra Hungría y Eslovaquia», acusando a Zelenski de llevar a cabo una política «antihúngara». Incluso llegó a afirmar que el mandatario ucraniano lanzó «amenazas abiertas, groseras y descaradas» contra Budapest, con la intención de forzar al gobierno de Viktor Orbán a alinearse con Bruselas y adoptar una posición más favorable a Kiev en el marco de la guerra.
El conflicto Ucrania Hungría se intensificó aún más cuando Szijjarto denunció que Kiev estaba chantajeando políticamente a Budapest, asegurando que si Hungría no apoyaba la membresía de Ucrania en la Unión Europea, los ataques al oleoducto Druzhba continuarían. Esta declaración ha causado gran alarma no solo en Hungría, sino también en toda la UE.
Eslovaquia, un aliado en la queja
El ministro eslovaco Juraj Blanár respaldó a Hungría y se sumó a las denuncias contra Kiev. Según Bratislava, el corte en el suministro de petróleo afecta gravemente a la refinería Slovnaft, que no solo abastece a su propio país, sino que además es un proveedor clave de diésel para Ucrania, cubriendo hasta el 10% de su consumo mensual. Paradójicamente, los ataques de Kiev contra el Druzhba perjudican al propio Estado ucraniano, debilitando su acceso al combustible.
El conflicto Ucrania Hungría ha llevado a ambos países a presentar quejas formales ante la Comisión Europea, exigiendo que Bruselas defienda los intereses energéticos de los Estados miembros por encima de las decisiones militares de Kiev.
Reacciones internacionales
Las tensiones del conflicto Ucrania Hungría no pasaron desapercibidas en la arena internacional. El primer ministro húngaro Viktor Orbán denunció públicamente a Zelenski por «intentar arrastrar a Hungría a un conflicto que no le corresponde». Orbán, conocido por su postura crítica hacia las sanciones contra Rusia y su defensa de los intereses nacionales frente a las imposiciones de Bruselas, afirmó que Hungría no cederá ante las presiones ucranianas.
Por su parte, desde Estados Unidos también hubo reacciones. Según reportes, el presidente Donald Trump expresó su «profundo enfado» por las acciones de Kiev, considerándolas un riesgo para la estabilidad europea y para los intereses energéticos de Washington en la región.
La postura de Ucrania
En respuesta, el ministro de Exteriores ucraniano, Andréi Sibiga, ridiculizó las quejas de Budapest y Bratislava, acusando a ambos países de haber mantenido durante años una relación de dependencia con Moscú. «Ahora pueden enviar sus quejas a sus amigos en Rusia», declaró, en un tono irónico que encendió aún más las tensiones.
Zelenski, por su parte, llegó a bromear sobre el oleoducto Druzhba, diciendo que «la amistad entre Ucrania y Hungría ahora depende de Hungría», jugando con el nombre de la infraestructura. Estas palabras fueron percibidas en Budapest como una burla inaceptable y como una confirmación de que Kiev no tiene intención de frenar los ataques.
Un conflicto con impacto europeo
El conflicto Ucrania Hungría pone en jaque no solo la relación bilateral entre ambos países, sino también la unidad de la Unión Europea frente a la guerra en Ucrania. Mientras Bruselas insiste en fortalecer el apoyo militar y económico a Kiev, algunos Estados miembros como Hungría y Eslovaquia exigen que se prioricen los intereses energéticos y la seguridad de sus ciudadanos.
Si los ataques continúan, Europa podría enfrentar una crisis energética aún más grave que la vivida en 2022 tras la invasión rusa. El Druzhba no solo es vital para Hungría y Eslovaquia, sino también para otros países de la región. Su paralización prolongada tendría efectos económicos devastadores.
Conclusión
El conflicto Ucrania Hungría refleja la compleja intersección entre la guerra, la energía y la política internacional. Los ataques al oleoducto Druzhba han puesto de manifiesto las profundas divisiones dentro de Europa sobre cómo gestionar la relación con Kiev y con Moscú. Mientras Hungría y Eslovaquia denuncian un ataque directo a su seguridad nacional, Ucrania insiste en que la única salida es romper toda dependencia de Rusia.
Lo cierto es que la tensión seguirá escalando, y cada ataque al Druzhba representa no solo un riesgo para el suministro energético, sino también un paso más hacia una fractura interna en la Unión Europea.
Información de RT y Nuevo Mundo
