Pandilleros de la Mara Salvatrucha volvieron a tomar rehenes en la cárcel de El Boquerón, en medio de una ola de más de diez motines registrados en distintas prisiones del país en menos de un mes.
Nuevo motín en El Boquerón
Este viernes, los pandilleros de la Mara Salvatrucha protagonizaron un nuevo motín en el Centro de Detención Preventivo de El Boquerón, en Santa Rosa. Retuvieron como rehenes a guardias del Sistema Penitenciario, reos de la pandilla rival Paisas y hasta personal de una empresa de alimentos, en una nueva demostración de control y presión dentro del sistema carcelario guatemalteco.
Ola de motines en menos de un mes
Desde finales de julio, los pandilleros de la Mara Salvatrucha han protagonizado más de diez motines en centros penitenciarios de Guatemala, incluyendo El Boquerón, Pavoncito, Fraijanes, Preventivo zona 18 y Fraijanes II.
En uno de los incidentes más recientes, se registró la muerte de un guardia penitenciario y la toma de rehenes que duró más de 24 horas.
Exigencias y dinámica pandillera
La constante en estos motines es la exigencia de que los cabecillas de la MS-13 recluidos en la prisión de máxima seguridad Renovación I sean regresados a los penales donde ejercían control. Los pandilleros de la Mara Salvatrucha usan estas tomas como mecanismo de presión política y criminal.
Respuesta estatal y control del territorio
Las autoridades mantuvieron una postura firme de no ceder a chantajes. El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, declaró que “no se negociar con criminales” y que los líderes permanecerán en Renovación I.
La Policía retomó el control del motín en El Boquerón y Pavoncito, liberando a seis guardias en Boquerón y tres en Pavoncito.
Escalada de violencia y contexto penitenciario
La violencia en las prisiones no se limita al último mes. El Sistema Penitenciario ha enfrentado asesinatos, requisas y desplazamiento de cabecillas en varios centros. Expertos advierten que la escalada es respuesta directa a los reacomodos de internos peligrosos.
¿Por qué sigue ocurriendo?
El conflicto prolongado entre Barrio 18 y MS-13 —ambas designadas como organizaciones terroristas en algunos países— ha llevado a una guerra de territorio que también se expresa dentro de los penales.
El traslado de líderes a Renovación I generó vacíos de poder en otras cárceles, provocando nuevas luchas internas y motines coordinados como el de los últimos días.
Consecuencias sociales y urgencia de reformas
Esta ola de motines y violencia carcelaria vuelve a demostrar la fragilidad del sistema penitenciario guatemalteco. Mientras los reos continúen ejerciendo poder dentro de las cárceles, los pandilleros de la Mara Salvatrucha mantendrán la capacidad de desestabilizar.
La población civil y los guardias viven en constante riesgo. Ya son varias las víctimas desde julio, incluyendo al guardia fallecido por disparo en El Boquerón.
Conclusión
Los pandilleros de la Mara Salvatrucha han dejado claro que su influencia trasciende los muros del penal. En menos de un mes, más de diez motines muestran su capacidad de acción y presión. Guatemala enfrenta una crisis penitenciaria que exige respuestas urgentes, mejoras estructurales y protocolos que realmente actúen frente a la violencia interna.