2024-07-23
Nuevo Mundo – 96.1
El Ártico, en el contexto de los cambios geopolíticos y climáticos, se está convirtiendo en una región de confrontación estratégica para Estados Unidos, en la que tiene previsto aumentar su presencia, según se desprende de la estrategia actualizada para la región publicada por el Departamento de Defensa del país (DOD, por sus siglas en inglés).»Un escenario de competición estratégica»Según el documento, «los grandes cambios geopolíticos están impulsando la necesidad de este nuevo enfoque estratégico del Ártico». El organismo menciona la operación militar especial de Rusia en Ucrania; la creciente influencia de China en la región y su cooperación con Moscú, en la que EE.UU. ve una amenaza para su seguridad; la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN; así como el cambio climático.»Esta región, cada vez más accesible, se está convirtiendo en un escenario de competición estratégica, y Estados Unidos debe estar preparado para afrontar el desafío junto con sus aliados y socios», señala el texto, que también subraya que los cambios mencionados crean un «entorno de seguridad ártico nuevo y más dinámico», así como «tienen el potencial de alterar la estabilidad y el panorama de amenazas» de la región.Metas actualizadasSe afirma que la estrategia estadounidense actualizada tiene por objeto «preservar el Ártico como una región estable», en la que Washington pretende salvagurar los «intereses nacionales vitales».»Esta nueva estrategia del Departamento de Defensa se dirige a mejorar sus capacidades en el Ártico, profundizar en el compromiso con los aliados y socios, y ejercitar nuestras fuerzas para aumentar su preparación para operaciones en altas latitudes», indica el documento.En concreto, Washington tiene previsto mejorar su «comprensión del entorno operativo del Ártico y capacidad para gestionar los riesgos» al «seguir invirtiendo en sensores, inteligencia y capacidades de intercambio de información»; colaborar con sus aliados y socios, así como con las autoridades locales y la industria, para proporcionar una «disuasión integrada»; realizar ejercicios en el Ártico de forma independiente y con aliados para «para demostrar la interoperabilidad y la credibilidad de las capacidades conjuntas».Aunque EE.UU. afirma estar interesado en un Ártico pacífico y lo considera una zona de cooperación, la estrategia señala que las actividades en la región se llevarán a cabo con un enfoque de «vigilancia y respuesta», lo que implica «el valor disuasorio de la capacidad del DOD para desplegar globalmente la Fuerza Conjunta en el momento y lugar» que elijan.Respuesta de MoscúPor su parte, desde Moscú señalaron que el plan estadounidense tiene manifestaciones de confrontación con Rusia, para la que el Ártico es también una zona estratégica y que pretende garantizar que la región no se convierta en un territorio de disputas.»Rusia adopta una posición responsable y aporta su contribución para que el Ártico no se convierta en un territorio de discordia y de creación de tensiones», declaró el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, en una sesión informativa celebrada este 23 de julio.Según el funcionario, «la interacción ruso-china en la zona ártica solo puede contribuir a crear una atmósfera de estabilidad y previsibilidad», ya que las relaciones entre ambos Estados no están dirigidas contra terceros países, sino solo a proteger sus propios intereses y mejorar el bienestar de los dos pueblos.
El Ártico, en el contexto de los cambios geopolíticos y climáticos, se está convirtiendo en una región de confrontación estratégica para Estados Unidos, en la que tiene previsto aumentar su presencia, según se desprende de la estrategia actualizada para la región publicada por el Departamento de Defensa del país (DOD, por sus siglas en inglés).
Según el documento, «los grandes cambios geopolíticos están impulsando la necesidad de este nuevo enfoque estratégico del Ártico». El organismo menciona la operación militar especial de Rusia en Ucrania; la creciente influencia de China en la región y su cooperación con Moscú, en la que EE.UU. ve una amenaza para su seguridad; la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN; así como el cambio climático.
«Esta región, cada vez más accesible, se está convirtiendo en un escenario de competición estratégica, y Estados Unidos debe estar preparado para afrontar el desafío junto con sus aliados y socios», señala el texto, que también subraya que los cambios mencionados crean un «entorno de seguridad ártico nuevo y más dinámico», así como «tienen el potencial de alterar la estabilidad y el panorama de amenazas» de la región.
Se afirma que la estrategia estadounidense actualizada tiene por objeto «preservar el Ártico como una región estable», en la que Washington pretende salvagurar los «intereses nacionales vitales».
«Esta nueva estrategia del Departamento de Defensa se dirige a mejorar sus capacidades en el Ártico, profundizar en el compromiso con los aliados y socios, y ejercitar nuestras fuerzas para aumentar su preparación para operaciones en altas latitudes», indica el documento.
En concreto, Washington tiene previsto mejorar su «comprensión del entorno operativo del Ártico y capacidad para gestionar los riesgos» al «seguir invirtiendo en sensores, inteligencia y capacidades de intercambio de información»; colaborar con sus aliados y socios, así como con las autoridades locales y la industria, para proporcionar una «disuasión integrada»; realizar ejercicios en el Ártico de forma independiente y con aliados para «para demostrar la interoperabilidad y la credibilidad de las capacidades conjuntas».
Aunque EE.UU. afirma estar interesado en un Ártico pacífico y lo considera una zona de cooperación, la estrategia señala que las actividades en la región se llevarán a cabo con un enfoque de «vigilancia y respuesta», lo que implica «el valor disuasorio de la capacidad del DOD para desplegar globalmente la Fuerza Conjunta en el momento y lugar» que elijan.
Por su parte, desde Moscú señalaron que el plan estadounidense tiene manifestaciones de confrontación con Rusia, para la que el Ártico es también una zona estratégica y que pretende garantizar que la región no se convierta en un territorio de disputas.
«Rusia adopta una posición responsable y aporta su contribución para que el Ártico no se convierta en un territorio de discordia y de creación de tensiones», declaró el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, en una sesión informativa celebrada este 23 de julio.
Según el funcionario, «la interacción ruso-china en la zona ártica solo puede contribuir a crear una atmósfera de estabilidad y previsibilidad», ya que las relaciones entre ambos Estados no están dirigidas contra terceros países, sino solo a proteger sus propios intereses y mejorar el bienestar de los dos pueblos.
