2023-04-05
Nuevo Mundo – 96.1
El Camp Nou vuelve a dictar sentencia. Después de ser testigo de la más que probable resolución del título de Liga, el feudo azulgrana vuelve a ser el centro de todas las miradas del planeta fútbol. Una vez decidida la Liga, toca mirar a la Copa, un título del que el Barça es el rey y por el que el Madrid no pelea en una final desde 2014.El 0-1 de la ida da ventaja al Barça para estar en la final de La Cartuja, pero el Madrid, cómodo en el contexto de tener que remontar, pondrá toda la carne en el asador para estar en Sevilla el próximo 6 de mayo.Con la competición doméstica en el bolsillo culé y las miradas blancas puestas en la Champions, la Copa del Rey se presenta como ese título que puede elevar el estatus de una temporada o, incluso, salvar la cabeza de un entrenador.El rey de Copas, a por la octava final en diez edicionesEl FC Barcelona es el dominador indiscutible de la Copa del Rey. El cuadro catalán cuenta con 31 trofeos en sus vitrinas, siete de ellos conseguidos en las últimas catorce ediciones, y opta a jugar su octava final en los últimos diez años. Unas estadísticas abrumadoras, que muestran la solidez del Barça en el torneo del K.O.El conjunto de Xavi parte con ventaja tras el 0-1 cosechado en el partido de ida en el Bernabéu. Una renta que, para el técnico de Terrassa, sigue sin ser suficiente para que su equipo sea favorito. «Para mí, ellos siguen siendo favoritos. Están más acostumbrados a jugar este tipo de partidos y a remontar», declaró el preparador culé en rueda de prensa.Los azulgrana llegan en un gran momento de forma. Sumaron ante el Elche su quinta victoria consecutiva, la cuarta en una Liga que tienen prácticamente en el bolsillo. Los de Xavi han dejado atrás las dudas y han recuperado para la causa a un Lewandowski que acumulaba cinco partidos sin ver puerta.En la ida, el técnico culé tuvo que enfrentarse a numerosas bajas importantes, pero consiguió sacar un resultado positivo del feudo blanco. La tesitura actual es similar, ya que el preparador azulgrana no podrá contar con cuatro piezas esenciales en su esquema: Pedri, Dembélé, Christensen y De Jong no estarán sobre el césped del Camp Nou por lesión.El Madrid quiere volver a una final de Copa nueve años despuésNueve años sin pisar una final de Copa del Rey se antojan demasiados para una institución como el Real Madrid. Los blancos han encontrado su ´kryptonita´ en el torneo del K.O. La última vez que los blancos alcanzaron la final fue en 2014, precisamente con Ancelotti al mando.Con la Liga prácticamente perdida, el cuadro madrileño se agarra a la Copa y la Champions para hacer positiva la temporada. Del desenlace de ambas competiciones puede depender también el futuro de Ancelotti. El italiano, vinculado con la selección brasileña, vivió en sus propias carnes en su primera etapa lo que significa una temporada sin títulos en el Bernabéu.El técnico italiano no piensa en las consecuencias y solo tiene en la cabeza la posibilidad de jugar una final. «Para mí el clásico siempre es el partido más importante, para el entrenador, para la afición, para los jugadores… hay una rivalidad muy grande y punto. Es un partido que nos permite jugar una final y vamos a hacer todo lo posible por jugarla», reconoció en la rueda de prensa previa al partido.Los blancos no atraviesan por su mejor momento, pero descubrieron brotes verdes en el encuentro ante el Real Valladolid. Entre ellos, el regreso del mejor Benzema, que recuperó su mejor versión con un hat-trick en siete minutos. Por su inspiración y por la de Vinicius pasarán buena parte de las opciones merengues de estar en La Cartuja.Al contrario que su homólogo azulgrana, Ancelotti podrá contar con todos sus efectivos a excepción de Mendy, que sufre una lesión muscular en el sóleo.Los tres últimos Clásicos han caído del lado azulgrana»Para nada le tengo tomada la medida. El Madrid viene mañana y te puede ganar perfectamente. Está muy igualado». Estas palabras, pronunciadas por Xavi en la previa, chocan con la realidad de los últimos Clásicos.Los duelos entre Barça y Real Madrid habían quedado algo descafeinados en los últimos tiempos. Hasta la llegada de Xavi, el conjunto blanco se había apuntado los últimos cuatro enfrentamentos. Desde el aterrizaje del de Terrassa en el Camp Nou, la balanza se ha inclinado hacia el otro lado.
El Camp Nou vuelve a dictar sentencia. Después de ser testigo de la más que probable resolución del título de Liga, el feudo azulgrana vuelve a ser el centro de todas las miradas del planeta fútbol. Una vez decidida la Liga, toca mirar a la Copa, un título del que el Barça es el rey y por el que el Madrid no pelea en una final desde 2014.
El 0-1 de la ida da ventaja al Barça para estar en la final de La Cartuja, pero el Madrid, cómodo en el contexto de tener que remontar, pondrá toda la carne en el asador para estar en Sevilla el próximo 6 de mayo.
Con la competición doméstica en el bolsillo culé y las miradas blancas puestas en la Champions, la Copa del Rey se presenta como ese título que puede elevar el estatus de una temporada o, incluso, salvar la cabeza de un entrenador.
El FC Barcelona es el dominador indiscutible de la Copa del Rey. El cuadro catalán cuenta con 31 trofeos en sus vitrinas, siete de ellos conseguidos en las últimas catorce ediciones, y opta a jugar su octava final en los últimos diez años. Unas estadísticas abrumadoras, que muestran la solidez del Barça en el torneo del K.O.
El conjunto de Xavi parte con ventaja tras el 0-1 cosechado en el partido de ida en el Bernabéu. Una renta que, para el técnico de Terrassa, sigue sin ser suficiente para que su equipo sea favorito. «Para mí, ellos siguen siendo favoritos. Están más acostumbrados a jugar este tipo de partidos y a remontar», declaró el preparador culé en rueda de prensa.
Los azulgrana llegan en un gran momento de forma. Sumaron ante el Elche su quinta victoria consecutiva, la cuarta en una Liga que tienen prácticamente en el bolsillo. Los de Xavi han dejado atrás las dudas y han recuperado para la causa a un Lewandowski que acumulaba cinco partidos sin ver puerta.
En la ida, el técnico culé tuvo que enfrentarse a numerosas bajas importantes, pero consiguió sacar un resultado positivo del feudo blanco. La tesitura actual es similar, ya que el preparador azulgrana no podrá contar con cuatro piezas esenciales en su esquema: Pedri, Dembélé, Christensen y De Jong no estarán sobre el césped del Camp Nou por lesión.
Nueve años sin pisar una final de Copa del Rey se antojan demasiados para una institución como el Real Madrid. Los blancos han encontrado su ´kryptonita´ en el torneo del K.O. La última vez que los blancos alcanzaron la final fue en 2014, precisamente con Ancelotti al mando.
Con la Liga prácticamente perdida, el cuadro madrileño se agarra a la Copa y la Champions para hacer positiva la temporada. Del desenlace de ambas competiciones puede depender también el futuro de Ancelotti. El italiano, vinculado con la selección brasileña, vivió en sus propias carnes en su primera etapa lo que significa una temporada sin títulos en el Bernabéu.
El técnico italiano no piensa en las consecuencias y solo tiene en la cabeza la posibilidad de jugar una final. «Para mí el clásico siempre es el partido más importante, para el entrenador, para la afición, para los jugadores… hay una rivalidad muy grande y punto. Es un partido que nos permite jugar una final y vamos a hacer todo lo posible por jugarla», reconoció en la rueda de prensa previa al partido.
Los blancos no atraviesan por su mejor momento, pero descubrieron brotes verdes en el encuentro ante el Real Valladolid. Entre ellos, el regreso del mejor Benzema, que recuperó su mejor versión con un hat-trick en siete minutos. Por su inspiración y por la de Vinicius pasarán buena parte de las opciones merengues de estar en La Cartuja.
Al contrario que su homólogo azulgrana, Ancelotti podrá contar con todos sus efectivos a excepción de Mendy, que sufre una lesión muscular en el sóleo.
«Para nada le tengo tomada la medida. El Madrid viene mañana y te puede ganar perfectamente. Está muy igualado». Estas palabras, pronunciadas por Xavi en la previa, chocan con la realidad de los últimos Clásicos.
Los duelos entre Barça y Real Madrid habían quedado algo descafeinados en los últimos tiempos. Hasta la llegada de Xavi, el conjunto blanco se había apuntado los últimos cuatro enfrentamentos. Desde el aterrizaje del de Terrassa en el Camp Nou, la balanza se ha inclinado hacia el otro lado.
