2021-09-17
Nuevo Mundo – 96.1
El general Kenneth McKenzie, jefe del Mando Central de Estados Unidos, ha declarado este viernes que el ataque con dron que las fuerzas norteamericanas llevaron a cabo en Kabul el 29 de agosto «fue un error» que le costó la vida a 10 civiles, entre ellos hasta siete menores de edad.»Fue un error y ofrezco mis sinceras disculpas», ha admitido McKenzie ante los periodistas, al transmitir sus «profundas condolencias» a los familiares de los fallecidos.»Además, ahora estimamos que es poco probable que el vehículo y los fallecidos estuvieran asociados con el ISIS-K, o representaran una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses», ha agregado el general, refiriéndose al Estado Islámico del Gran Jorasán, la facción afgana del EI.Inicialmente, los militares estadounidenses declararon que su ataque iba dirigido contra un coche bomba de los terroristas del ISIS-K y provocó potentes detonaciones debido a la presencia de una gran cantidad de explosivos dentro del vehículo. En aquel momento, en el Mando Central consideraban que su decisión permitió prevenir una amenaza «inminente» para el aeropuerto de Kabul.Los daños colaterales hasta ahora conocidos incluyeron a 10 miembros de una familia, la mayoría de ellos siendo niños.
El general Kenneth McKenzie, jefe del Mando Central de Estados Unidos, ha declarado este viernes que el ataque con dron que las fuerzas norteamericanas llevaron a cabo en Kabul el 29 de agosto «fue un error» que le costó la vida a 10 civiles, entre ellos hasta siete menores de edad.
«Fue un error y ofrezco mis sinceras disculpas», ha admitido McKenzie ante los periodistas, al transmitir sus «profundas condolencias» a los familiares de los fallecidos.
«Además, ahora estimamos que es poco probable que el vehículo y los fallecidos estuvieran asociados con el ISIS-K, o representaran una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses», ha agregado el general, refiriéndose al Estado Islámico del Gran Jorasán, la facción afgana del EI.
Inicialmente, los militares estadounidenses declararon que su ataque iba dirigido contra un coche bomba de los terroristas del ISIS-K y provocó potentes detonaciones debido a la presencia de una gran cantidad de explosivos dentro del vehículo. En aquel momento, en el Mando Central consideraban que su decisión permitió prevenir una amenaza «inminente» para el aeropuerto de Kabul.
Los daños colaterales hasta ahora conocidos incluyeron a 10 miembros de una familia, la mayoría de ellos siendo niños.