2025-02-15
Nuevo Mundo – 96.1
El Real Madrid podría ceder el liderato de la Liga EA Sports al no pasar del empate a domicilio ante Osasuna. El partido, que concluyó 1-1, estuvo marcado por las decisiones arbitrales, ya que el gol local llega tras un penalti señalado por el VAR y Jude Bellingham fue expulsado por roja directa en el minuto 30.El trascendental duelo en la lucha por la Liga del Sadar tuvo como preámbulo un maravilloso gesto a cargo de las directivas blanca y rojilla. En el marco del Día Mundial del Cáncer Infantil, Luis Sabalza, presidente de Osasuna y Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, visitaron por la mañana a los niños hospitalizados en la Clínica Universidad de Navarra.Una vez que arrancó el partido, no hubo ya ningún gesto amigable para nadie. Que se lo pregunten al colegiado Munuera Montero. El árbitro se convirtió en el protagonista de la primera parte y es que los visitantes llegaron a reclamar hasta tres penaltis y vieron Bellingham era expulsado.Los de Ancelotti, que también vio la amarilla por protestar una de las posibles manos, salieron muy concentrados desde el arranque. Montados en la ola del éxito que surfearon en Manchester, los blancos se adelantaron en el minuto 15 con un gran tanto de Kylian Mbappe. Su remate al centro raso de Valverde hacía justicia a un primer cuarto de hora monopolizado por los madridistas.La roja directa a Bellingham condiciona el partidoA partir de entonces el Real Madrid vio como las complicaciones se sumaban una tras otra. La primera preocupación fueron unas molestias de Valverde en la parte posterior de su pierna derecha, saltaban las alarmas por la salud del jugador más polivalente de la plantilla que hoy jugaba como lateral de nuevo. Después llegarían las quejas de Ancelotti que vieron la amonestación y finalmente el quedarse con uno menos por la conversación entre Munuera y Bellingham.Tras el descanso, Osasuna continuó avanzando hacia la meta rival como ya viniera haciendo en los últimos minutos de la primera parte. De no ser por Courtois, Oroz hubiera hecho el empate antes del intermedio.El meta belga volvió a ser crucial ante un remate rojillo, el de Moncayola en el 54’, en la jugada precedente al penalti que el VAR señaló a favor de Osasuna. Ante la incredulidad del banquillo visitante, Munuera señaló los once metros por un contacto de Camavinga y Budimir tras el remate del croata. El propio delantero croata materializaría el empate 1-1 (min. 58).Vinicius acapararía desde ese momento prácticamente todo el protagonismo en los ataques de un Real Madrid que sabía que podría dejarse el liderato. El brasileño lo intentó hasta la extenuación con jugadas quijotescas, pero el deseado gol no llegó. Era palpable el desgaste en las piernas de los madridistas.A Osasuna, en cambio, le entraron los miedos de ir a matar y acabar muerto. Los de Vicente Moreno jugaban con uno más, pero sabían quién era el rival que había enfrente. Más aún cuando Ancelotti, a pesar de la expulsión de Bellingham, mantuvo el tridente atacante, sustituyendo a Brahim por Rodrygo.Mbappe tuvo en sus botas la ocasión más clara, en el minuto 90. Sergio Herrera sacó una mano salvadora y llevó el éxtasis a la grada con la acción y su posterior beso al escudo rojillo. Con el 1-1 concluiría el duelo.
El Real Madrid podría ceder el liderato de la Liga EA Sports al no pasar del empate a domicilio ante Osasuna. El partido, que concluyó 1-1, estuvo marcado por las decisiones arbitrales, ya que el gol local llega tras un penalti señalado por el VAR y Jude Bellingham fue expulsado por roja directa en el minuto 30.
El trascendental duelo en la lucha por la Liga del Sadar tuvo como preámbulo un maravilloso gesto a cargo de las directivas blanca y rojilla. En el marco del Día Mundial del Cáncer Infantil, Luis Sabalza, presidente de Osasuna y Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, visitaron por la mañana a los niños hospitalizados en la Clínica Universidad de Navarra.
Una vez que arrancó el partido, no hubo ya ningún gesto amigable para nadie. Que se lo pregunten al colegiado Munuera Montero. El árbitro se convirtió en el protagonista de la primera parte y es que los visitantes llegaron a reclamar hasta tres penaltis y vieron Bellingham era expulsado.
Los de Ancelotti, que también vio la amarilla por protestar una de las posibles manos, salieron muy concentrados desde el arranque. Montados en la ola del éxito que surfearon en Manchester, los blancos se adelantaron en el minuto 15 con un gran tanto de Kylian Mbappe. Su remate al centro raso de Valverde hacía justicia a un primer cuarto de hora monopolizado por los madridistas.
A partir de entonces el Real Madrid vio como las complicaciones se sumaban una tras otra. La primera preocupación fueron unas molestias de Valverde en la parte posterior de su pierna derecha, saltaban las alarmas por la salud del jugador más polivalente de la plantilla que hoy jugaba como lateral de nuevo. Después llegarían las quejas de Ancelotti que vieron la amonestación y finalmente el quedarse con uno menos por la conversación entre Munuera y Bellingham.
Tras el descanso, Osasuna continuó avanzando hacia la meta rival como ya viniera haciendo en los últimos minutos de la primera parte. De no ser por Courtois, Oroz hubiera hecho el empate antes del intermedio.
El meta belga volvió a ser crucial ante un remate rojillo, el de Moncayola en el 54’, en la jugada precedente al penalti que el VAR señaló a favor de Osasuna. Ante la incredulidad del banquillo visitante, Munuera señaló los once metros por un contacto de Camavinga y Budimir tras el remate del croata. El propio delantero croata materializaría el empate 1-1 (min. 58).
Vinicius acapararía desde ese momento prácticamente todo el protagonismo en los ataques de un Real Madrid que sabía que podría dejarse el liderato. El brasileño lo intentó hasta la extenuación con jugadas quijotescas, pero el deseado gol no llegó. Era palpable el desgaste en las piernas de los madridistas.
A Osasuna, en cambio, le entraron los miedos de ir a matar y acabar muerto. Los de Vicente Moreno jugaban con uno más, pero sabían quién era el rival que había enfrente. Más aún cuando Ancelotti, a pesar de la expulsión de Bellingham, mantuvo el tridente atacante, sustituyendo a Brahim por Rodrygo.
Mbappe tuvo en sus botas la ocasión más clara, en el minuto 90. Sergio Herrera sacó una mano salvadora y llevó el éxtasis a la grada con la acción y su posterior beso al escudo rojillo. Con el 1-1 concluiría el duelo.
