2024-09-12
Nuevo Mundo – 96.1
“Votaré por Kamala Harris y Tim Walz”. Apenas un puñado de palabras de Taylor Swift que tambalean la campaña presidencial en EE.UU. Se deseaban y esperaban por el partido demócrata (en 2020 Swift ya apoyó a Biden) y la oportunidad, justo al finalizar el debate contra Trump, apuntala a Harris mientras los analistas esperan datos para medir la influencia de la mayor estrella musical del planeta.Los apoyos del mundo de la música son especialmente importantes por la movilización juvenil. La Generación Z, término algo impreciso que acoge a los nacidos a finales de los años 90 y la primera década del siglo XXI, tiene un peso estimado de 40 millones de votantes potenciales, de los que ocho millones de ellos lo harán por primera vez.ero la batalla de apoyos, como siempre, juega su pequeño papel para todas las generaciones. Y no solo por la simpatía que puedan aportar, sino porque su activismo se traduce en dólares: famosos y celebridades organizan eventos para sufragar los costosos gastos de las campañas.Apoyos demócratas: del Hollywood de siempre a estrellas de la músicaEjemplo de esa recaudación de fondos es el grupo de actores y humoristas reunidos bajo el nombre Comics for Harris (entre los que se encuentran Jane Fonda, Ben Stiller, Nick Offerman o Tiffany Haddish). Emulando los extintos maratones telefónicos, organizaron en agosto un encuentro por videollamada en el que afirmaron recaudar medio millón de dólares.No son los únicos. Matt Damon y el músico, actor y director de cine Lin-Manuel Miranda anunciaron una cena para final de mes en Nueva York. La entrada: 25.000 dólares.Dentro de otro grupo de apoyo con nombre irónico, White Dudes for Harris (o ‘Tipos blancos con Harris’, ya que el 57% de los hombres blancos apoyaron a Trump en 2020), participaron y donaron actores como Jeff Bridges o Mark Hamill, que en su aparición donó 50.000 dólares parafraseando un diálogo de Star Wars: “Soy Luke Skywalker. He venido a rescataros”. Poco después, la cuenta del grupo fue suspendida de la red social X y, tras acusar a Elon Musk de censura, reactivada días más tarde.En marzo, la revista Billboard se preguntaba: ¿por qué hay tan pocos artistas musicales que apoyen a Biden? La llegada de Harris elevó los ánimos y el panorama actual parece decantarse por los demócratas. Solo una hora después de anunciarse la candidatura de Harris, Ariana Grande publicó en su Instagram su apoyo y, lo más importante, un enlace para registrarse como votante: además del dinero, la principal función de los famosos para lograr votos según los analistas.Olivia Rodrigo, otra estrella juvenil, publicó un vídeo en redes apoyando a Harris e incidiendo en “parar” las “prohibiciones extremistas al aborto” de Trump. Los apoyos demócratas incluyen a Cardi B, John Legend, Charli XCX o Demi Lovato, sin olvidar a la vieja guardia: Barbra Streisand, James Taylor o Carole King.En el cine estadounidense, tradicionalmente de mayoría demócrata, han alzado su voz habituales como George Clooney, Spike Lee, Aaron Sorkin o actores como Jamie Lee Curtis o Robert de Niro (que ya en 2016 dijo que le gustaría pegarle un puñetazo en la cara a Trump).Apoyos republicanos: rap y countryLos apoyos republicanos en el mundo de la música y cine no son tan amplios (sin contar además los artistas que critican a Trump sin mostrar apoyo explícito a Harris) y no cuentan con una figura como Swift. El rapero Kanye West es quizá el rostro más célebre y el más persistente: apoyó a Trump en 2016, 2020 y ha renovado en 2024.En la escena musical, destaca Kid Rock, que modificó su tema “American Bad Ass” para incluir referencias a Trump durante la Convención Nacional Republicana, donde la rapera y actriz Amber Rose también pronunció un discurso, al igual que los músicos de country Chris Janson y Jason Aldean. Entre los intérpretes se ha pronunciado pocos (y básicamente veteranos) nombres a favor: Jon Voight, James Woods o Rosanne Barr.David Mamet, principalmente autor teatral, pero también director de cine, puede considerarse una excepción y un caso único: de sus aclamadas obras anticapitalistas de los 80 (Glengarry Glen Ross) ha virado a un fuerte conservadurismo y a pedir el voto para Trump al que considera el mejor presidente desde nada menos que Abraham Lincoln, ya que “logró la paz en Oriente Medio y cerró las fronteras”.Fórmula Beyoncé: apoyar sin explicitarloCon todo, muchos artistas prefieren sencillamente no significarse, aunque se puede leer entre líneas. Otra de las superestrellas de la música, Beyoncé, no ha mostrado preferencia pública, pero autorizó a que la campaña de Harris utilizase su tema “Freedom” para el vídeo en el que la candidata visita el cuartel general de su campaña.En sentido contrario, tras el intento de asesinato contra Donald Trump, el tema “Many Men (Wish Death)” del rapero 50 Cents comenzó a hacerse viral y el músico público una imagen del expresidente sobre la portada de su disco “Get Rich or Die tryn” (hazte rico o muere en el intento). Puede interpretarse como un apoyo, pero en la campaña de 2020 50 Cents apoyó a Trump para luego desdecirse: no perder seguidores potenciales sigue siendo la mayor ventaja de no expresar opinión política alguna.
“Votaré por Kamala Harris y Tim Walz”. Apenas un puñado de palabras de Taylor Swift que tambalean la campaña presidencial en EE.UU. Se deseaban y esperaban por el partido demócrata (en 2020 Swift ya apoyó a Biden) y la oportunidad, justo al finalizar el debate contra Trump, apuntala a Harris mientras los analistas esperan datos para medir la influencia de la mayor estrella musical del planeta.
Los apoyos del mundo de la música son especialmente importantes por la movilización juvenil. La Generación Z, término algo impreciso que acoge a los nacidos a finales de los años 90 y la primera década del siglo XXI, tiene un peso estimado de 40 millones de votantes potenciales, de los que ocho millones de ellos lo harán por primera vez.
ero la batalla de apoyos, como siempre, juega su pequeño papel para todas las generaciones. Y no solo por la simpatía que puedan aportar, sino porque su activismo se traduce en dólares: famosos y celebridades organizan eventos para sufragar los costosos gastos de las campañas.
Ejemplo de esa recaudación de fondos es el grupo de actores y humoristas reunidos bajo el nombre Comics for Harris (entre los que se encuentran Jane Fonda, Ben Stiller, Nick Offerman o Tiffany Haddish). Emulando los extintos maratones telefónicos, organizaron en agosto un encuentro por videollamada en el que afirmaron recaudar medio millón de dólares.
No son los únicos. Matt Damon y el músico, actor y director de cine Lin-Manuel Miranda anunciaron una cena para final de mes en Nueva York. La entrada: 25.000 dólares.
Dentro de otro grupo de apoyo con nombre irónico, White Dudes for Harris (o ‘Tipos blancos con Harris’, ya que el 57% de los hombres blancos apoyaron a Trump en 2020), participaron y donaron actores como Jeff Bridges o Mark Hamill, que en su aparición donó 50.000 dólares parafraseando un diálogo de Star Wars: “Soy Luke Skywalker. He venido a rescataros”. Poco después, la cuenta del grupo fue suspendida de la red social X y, tras acusar a Elon Musk de censura, reactivada días más tarde.
En marzo, la revista Billboard se preguntaba: ¿por qué hay tan pocos artistas musicales que apoyen a Biden? La llegada de Harris elevó los ánimos y el panorama actual parece decantarse por los demócratas. Solo una hora después de anunciarse la candidatura de Harris, Ariana Grande publicó en su Instagram su apoyo y, lo más importante, un enlace para registrarse como votante: además del dinero, la principal función de los famosos para lograr votos según los analistas.
Olivia Rodrigo, otra estrella juvenil, publicó un vídeo en redes apoyando a Harris e incidiendo en “parar” las “prohibiciones extremistas al aborto” de Trump. Los apoyos demócratas incluyen a Cardi B, John Legend, Charli XCX o Demi Lovato, sin olvidar a la vieja guardia: Barbra Streisand, James Taylor o Carole King.
En el cine estadounidense, tradicionalmente de mayoría demócrata, han alzado su voz habituales como George Clooney, Spike Lee, Aaron Sorkin o actores como Jamie Lee Curtis o Robert de Niro (que ya en 2016 dijo que le gustaría pegarle un puñetazo en la cara a Trump).
Los apoyos republicanos en el mundo de la música y cine no son tan amplios (sin contar además los artistas que critican a Trump sin mostrar apoyo explícito a Harris) y no cuentan con una figura como Swift. El rapero Kanye West es quizá el rostro más célebre y el más persistente: apoyó a Trump en 2016, 2020 y ha renovado en 2024.
En la escena musical, destaca Kid Rock, que modificó su tema “American Bad Ass” para incluir referencias a Trump durante la Convención Nacional Republicana, donde la rapera y actriz Amber Rose también pronunció un discurso, al igual que los músicos de country Chris Janson y Jason Aldean. Entre los intérpretes se ha pronunciado pocos (y básicamente veteranos) nombres a favor: Jon Voight, James Woods o Rosanne Barr.
David Mamet, principalmente autor teatral, pero también director de cine, puede considerarse una excepción y un caso único: de sus aclamadas obras anticapitalistas de los 80 (Glengarry Glen Ross) ha virado a un fuerte conservadurismo y a pedir el voto para Trump al que considera el mejor presidente desde nada menos que Abraham Lincoln, ya que “logró la paz en Oriente Medio y cerró las fronteras”.
Con todo, muchos artistas prefieren sencillamente no significarse, aunque se puede leer entre líneas. Otra de las superestrellas de la música, Beyoncé, no ha mostrado preferencia pública, pero autorizó a que la campaña de Harris utilizase su tema “Freedom” para el vídeo en el que la candidata visita el cuartel general de su campaña.
En sentido contrario, tras el intento de asesinato contra Donald Trump, el tema “Many Men (Wish Death)” del rapero 50 Cents comenzó a hacerse viral y el músico público una imagen del expresidente sobre la portada de su disco “Get Rich or Die tryn” (hazte rico o muere en el intento). Puede interpretarse como un apoyo, pero en la campaña de 2020 50 Cents apoyó a Trump para luego desdecirse: no perder seguidores potenciales sigue siendo la mayor ventaja de no expresar opinión política alguna.
