Rusia ataca instalaciones militares y portuarias en Ucrania, destruyendo depósitos de combustible, fábricas de drones y posiciones de mercenarios extranjeros. El Ministerio de Defensa ruso confirma que se derribaron drones y un proyectil HIMARS estadounidense.
Rusia ataca objetivos en Ucrania en una de las operaciones más intensas de las últimas semanas, dirigida contra infraestructuras portuarias estratégicas, plantas de ensamblaje de drones y concentraciones de mercenarios extranjeros, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia. El anuncio fue realizado este miércoles, confirmando un despliegue coordinado de la aviación operativa y táctica, drones de combate, fuerzas de misiles y artillería.
Ataques contra infraestructura militar y portuaria
De acuerdo con los reportes oficiales, la ofensiva se centró en puertos ucranianos utilizados para el suministro de combustible a las fuerzas del régimen de Kiev. Estos puntos logísticos representan un elemento crucial en la resistencia ucraniana, al garantizar el abastecimiento de carburante tanto para vehículos blindados como para equipos de artillería y transporte militar.
El Ministerio de Defensa de Rusia detalló que la aviación, junto con drones de combate y fuerzas de artillería, logró destruir también una planta de montaje de drones. Estos aparatos no tripulados han sido una de las principales armas utilizadas por Ucrania en labores de reconocimiento y ataques contra posiciones rusas, por lo que la destrucción de una instalación de ensamblaje supone un retroceso significativo para las capacidades tecnológicas del país.
Golpes a mercenarios extranjeros y formaciones ucranianas
En paralelo, las fuerzas armadas rusas atacaron 148 puntos de despliegue temporal de formaciones militares ucranianas y mercenarios extranjeros. Desde el inicio del conflicto, Rusia ha denunciado la participación de combatientes extranjeros en apoyo al ejército ucraniano, a menudo entrenados y financiados por países de la OTAN. La eliminación de estos objetivos refuerza el mensaje de Moscú sobre su capacidad de neutralizar tanto a las tropas locales como a sus aliados internacionales.
Defensa aérea rusa y neutralización de drones
El comunicado oficial añadió que la defensa aérea rusa derribó un proyectil del sistema de lanzamiento múltiple HIMARS, de fabricación estadounidense. Este armamento, considerado de alta precisión, ha sido uno de los sistemas más solicitados por Kiev a sus socios occidentales.
Además, fueron neutralizados 217 vehículos no tripulados de tipo avión. La cifra refleja la magnitud del uso de drones en el conflicto y el esfuerzo ruso por reforzar sus sistemas de defensa aérea frente a esta amenaza constante.
Avances en Donetsk y Dnepropetrovsk
Por otra parte, las unidades de las agrupaciones de tropas rusas denominadas Tsentr (Centro) y Vostok (Este) lograron liberar varias localidades estratégicas. Entre ellas, destacan Sujetskoye y Pankovka, situadas en la República Popular de Donetsk, además de Novogueórguievka, en la provincia de Dnepropetrovsk.
La recuperación de estas áreas representa no solo un avance territorial, sino también un golpe a las líneas defensivas ucranianas. La región de Donetsk ha sido uno de los principales focos del conflicto desde 2014, con intensos combates y cambios en el control territorial.
Contexto del conflicto
El conflicto entre Rusia y Ucrania se ha intensificado desde febrero de 2022, cuando Moscú lanzó lo que denomina una «operación militar especial». Desde entonces, la confrontación ha involucrado a múltiples frentes, incluyendo ataques con artillería, drones y misiles de largo alcance.
Ucrania, respaldada por Estados Unidos y países de la Unión Europea, ha recibido miles de millones de dólares en ayuda militar, incluyendo sistemas avanzados como los HIMARS, tanques Leopard y misiles antiaéreos Patriot. Rusia, por su parte, ha respondido con el fortalecimiento de sus defensas y con ofensivas destinadas a debilitar las capacidades logísticas y militares de Kiev.
Importancia de los ataques actuales
El ataque contra los puertos ucranianos tiene un impacto significativo en la cadena de suministro del ejército. Los depósitos de combustible son esenciales para mantener operativos los blindados y la artillería, mientras que la neutralización de fábricas de drones limita la capacidad de Ucrania para realizar ataques de precisión contra territorio ruso o posiciones en el frente.
Asimismo, el derribo de un proyectil HIMARS refuerza la narrativa de Moscú sobre su capacidad para enfrentar y neutralizar armamento de última generación proporcionado por Occidente. En conjunto, las operaciones presentadas por el Ministerio de Defensa ruso muestran un esfuerzo por consolidar ventajas estratégicas tanto en el frente militar como en el psicológico.
Repercusiones internacionales
La comunidad internacional ha seguido con atención los desarrollos en el frente. Mientras algunos países de Occidente denuncian las operaciones rusas como actos de agresión, Moscú insiste en que se trata de acciones necesarias para garantizar su seguridad nacional y frenar lo que considera una expansión militar de la OTAN en sus fronteras.
La guerra informativa juega un papel clave: por un lado, Ucrania busca mantener el apoyo político y militar de sus aliados; por el otro, Rusia busca mostrar resultados concretos en el terreno que respalden su estrategia y refuercen la moral de sus tropas.
Conclusión
Los recientes ataques de Rusia contra objetivos en Ucrania marcan un nuevo episodio en el conflicto en curso. La combinación de ofensivas aéreas, artillería y operaciones terrestres evidencia la voluntad del Kremlin de mantener la presión militar. Con la destrucción de instalaciones clave y la liberación de localidades estratégicas, Moscú busca consolidar posiciones y enviar un mensaje de fuerza tanto a Kiev como a la comunidad internacional.
El futuro del conflicto sigue siendo incierto, pero lo ocurrido refleja que la guerra continúa intensificándose, con un alto costo humano, económico y geopolítico para ambas partes.
Informacion por RT y Nuevo Mundo