El paro laboral en la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla continúa tras el fracaso del diálogo entre trabajadores y autoridades, generando serias afectaciones económicas en Guatemala.
Izabal, Guatemala. — El conflicto laboral en la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (EMPORNAC), ubicada en el departamento de Izabal, ha escalado tras la ruptura de la mesa de diálogo entre las autoridades de la portuaria y los trabajadores. Como medida de presión, los empleados han decidido mantener paralizadas las labores en una de las terminales marítimas más importantes del país, situación que ya genera severas afectaciones a la economía nacional.
El paro en Santo Tomás de Castilla comenzó luego de que no se alcanzara un acuerdo sobre las demandas de los trabajadores, quienes exigen mejores condiciones laborales, cumplimiento de pactos colectivos y mayor transparencia en la administración de la portuaria. La suspensión de actividades implica que miles de contenedores con mercancías, tanto de exportación como de importación, permanecen detenidos, lo que afecta de manera directa la cadena de suministro del país.
Impacto económico inmediato
De acuerdo con analistas económicos, cada día de paro en Santo Tomás de Castilla representa pérdidas millonarias para Guatemala. Los principales sectores afectados son el comercio exterior, la industria alimenticia, el sector agrícola y las importaciones de productos esenciales como medicinas, insumos médicos y combustibles.
El puerto de Santo Tomás es uno de los más relevantes del país, junto con Puerto Quetzal, en Escuintla. Por esa terminal marítima circula aproximadamente el 30% de las importaciones guatemaltecas, así como una parte considerable de las exportaciones hacia mercados estratégicos como Estados Unidos, Europa y Centroamérica.
Empresarios de diversos sectores han manifestado su preocupación en Santo Tomás, señalando que la falta de soluciones rápidas pone en riesgo contratos internacionales, afecta la competitividad del país y puede tener repercusiones directas en los precios de los productos básicos para la población guatemalteca.
La ruptura del diálogo
La mesa de diálogo instalada entre representantes de los trabajadores y autoridades de la EMPORNAC se había mostrado como una alternativa para destrabar el conflicto. Sin embargo, tras varias reuniones, los puentes de entendimiento se rompieron. Los sindicalistas aseguran que no hubo voluntad de las autoridades para atender sus demandas, mientras que la administración portuaria argumenta que algunas exigencias son inviables financieramente.
La ruptura del diálogo marcó un punto de inflexión en el conflicto. Los trabajadores decidieron endurecer sus medidas y mantener la paralización total de labores como estrategia de presión, a pesar de las advertencias del Gobierno sobre las consecuencias legales y económicas de esta acción.

Reacciones del Gobierno y empresarios
El Ministerio de Economía y el Ministerio de Trabajo han llamado a las partes a retomar las conversaciones, advirtiendo que la prolongación del paro podría tener efectos devastadores en la economía guatemalteca. Funcionarios del Ejecutivo aseguran que el Gobierno está dispuesto a servir como mediador neutral, siempre y cuando ambas partes estén dispuestas a dialogar de buena fe.
Por su parte, la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) y la Cámara de Comercio expresaron su rechazo al paro laboral. Argumentan que las acciones sindicales ponen en riesgo la estabilidad de miles de empleos indirectos vinculados a la operación portuaria y dañan la imagen de Guatemala como destino confiable para el comercio internacional.
“Entendemos la importancia de defender los derechos laborales, pero también debe existir un equilibrio que no ponga en jaque a todo el sistema económico del país”, señaló un comunicado de la CIG.
Demandas de los trabajadores
Los trabajadores portuarios exigen principalmente el cumplimiento de cláusulas contenidas en pactos colectivos, aumento salarial, mejora en las condiciones de seguridad laboral y un mayor grado de participación en las decisiones administrativas. Además, solicitan que se investiguen denuncias sobre presuntas irregularidades en la gestión de la EMPORNAC.
Los representantes sindicales afirman que el paro es la única medida que les queda para ser escuchados. “Llevamos meses intentando que nuestras demandas se atiendan, pero la administración se ha mostrado indiferente. El paro no es nuestro deseo, pero es la única manera de presionar”, expresó uno de los dirigentes sindicales.
Afectaciones sociales y regionales
El impacto del paro no se limita al comercio exterior. En la región de Izabal, cientos de trabajadores eventuales, transportistas y pequeños empresarios dependen de la actividad del puerto para generar ingresos diarios. Con las operaciones suspendidas, muchas familias han visto reducidos o eliminados sus ingresos, generando preocupación social en comunidades cercanas.
Asimismo, transportistas de carga pesada han denunciado que cientos de camiones permanecen varados con mercancía en tránsito, lo que genera costos adicionales y riesgos de deterioro de productos perecederos como frutas, verduras y carne.
Riesgos a mediano plazo
Expertos advierten que, de prolongarse, el paro podría derivar en un incremento en los precios de los productos básicos, retrasos en la entrega de mercancías y una pérdida de confianza de inversionistas extranjeros en la estabilidad económica y logística de Guatemala.
Además, se teme que navieras internacionales decidan desviar sus cargas a otros puertos de la región, como Puerto Cortés en Honduras o Puerto Limón en Costa Rica, lo que significaría una pérdida significativa de competitividad para Guatemala.
Posibles salidas al conflicto
Organizaciones sociales y expertos en temas laborales recomiendan la instalación de una mesa de diálogo ampliada, con la participación de mediadores independientes, para encontrar soluciones que permitan retomar las actividades sin vulnerar los derechos de los trabajadores ni los intereses económicos del país.
También se plantea la necesidad de una auditoría externa a la EMPORNAC, que permita transparentar el manejo de recursos y atender las denuncias de los trabajadores. La inclusión de este mecanismo podría abrir un nuevo espacio de confianza entre las partes.
Conclusión
El paro en Santo Tomás de Castilla es un reflejo de las tensiones históricas entre los intereses laborales y económicos en Guatemala. La falta de soluciones inmediatas no solo amenaza la economía nacional, sino que también golpea a miles de familias que dependen de la actividad portuaria. La resolución de este conflicto exigirá voluntad política, apertura al diálogo y un compromiso real de todas las partes para priorizar el bien común del país.